Diciembre 1998
Desarrollo del periodismo electronico
Por Javier Díaz Noci y Koldo Meso Ayerdi
Resumen: El periodismo electrónico es ya una realidad en internet, aunque su madurez está todavía lejos. La información periodística en línea debe aún buscar su propio lenguaje discursivo, basándose en las posibilidades técnicas que ya existen. Este artículo analiza cuáles son esas características inherentes al discurso periodístico digital y traza una breve historia del desarrollo de los medios de comunicación en línea tanto en estados Unidos como en Europa, y por supuesto en España.
Palabras clave: Periodismo electrónico, Periodismo digital, Multimedia, Internet.
Title: Development of on-line journalism
Abstract: On-line journalism is already present on the internet, but it has not yet reached its maturity. On-line information must find its own language of discourse, based on the current technical possibilities that are now possible. This article analyses the main characteristics of digital journalistic discourse and offers a brief history of the development of on-line communications media in the United States and in Europe, including the current situation in Spain.
Keywords: On-line journalism, Digital journalism, Multimedia, Internet.
En los últimos años el auge del servicio por excelencia de internet, la World Wide Web, ha provocado una verdadera eclosión de periódicos electrónicos en todo el mundo.
O mejor dicho, de productos y servicios informativos electrónicos multimedia e interactivos, no necesariamente producidos con estricta periodicidad, porque tales son las características principales de estos nuevos medios. Unos medios que aún buscan su propia retórica, su propia identidad, la emancipación de sus "padres" impresos o audiovisuales.
Sin duda, en los próximos años asistiremos a un desarrollo no sólo en cantidad, sino sobre todo en calidad, de estos productos informativos. A medida que la técnica avance y se popularice, de modo que el ordenador o el aparato que venga a sustituirlo se convierta en un electrodoméstico tan habitual como lo es hoy la radio o la televisión, estos nuevos medios que son una realidad, pero que en buena medida aún dan sus primeros y balbuceantes pasos y en la mayoría de los casos no son un negocio sino el complemento de un negocio preexistente, alcanzarán su mayoría de edad.
Características del periodismo electrónico
1. Multimedialidad
Se define como la integración, en una misma unidad discursiva, de información de varios tipos: texto, imágenes (fijas o en movimiento), sonidos e incluso bases de datos o programas ejecutables (los applets Java, por ejemplo). Esta multimedialidad, con integración de varias obras unitarias en una obra compuesta, habrá de producir ajustes en el tradicional derecho de autor de la obra periodística.
El propio carácter de la obra periodística, la propia forma de transmitir la información, está claramente evolucionando. El concepto de obra audiovisual está dando paso al de obra multimedia. Los avances en el estándar de la World Wide Web, el lenguaje html, y la aparición de otros recursos como la realidad virtual a través del Vrml (Virtual Reality Modelling Language) o el lenguaje de programación multiplataforma Java (que permite la inclusión de programas ejecutables independientemente de cuál sea el sistema operativo que utiliza el usuario) ofrecen otras formas de expresión que traen, a su vez, una nueva retórica.
Los niños de hoy, que manejan habitualmente vídeojuegos y que por tanto están acostumbrados a recibir la información de una manera no textual (como era el caso de las generaciones que nos educamos en la lectura de libros o periódicos) y ni siquiera de forma pasiva audiovisual (el caso de quienes están habituados a escuchar la radio o ver la televisión), exigirán sin duda en un futuro muy próximo otras formas de organizar y presentar la información.
Jean Cloutier señala que si los años 70 fueron los del dominio del audiovisual (recordemos el gran auge de la televisión y el vídeo), los 80 lo fueron de lo escrito-visual, y los 90 lo están siendo de lo "audioescritovisual"1. De alguna manera, hay que inventar un nuevo producto2.
2. Ruptura de la secuencialidad (hipertexto e hipermedia)
El concepto de hipertexto se debe al canadiense Vannevar Bush, quien en 1945 propuso el Memex, una máquina conceptual que podría almacenar vastas cantidades de información para cuya recuperación el usuario debería poder tener la habilidad de crear caminos, enlaces que llevasen de unas partes a otras. Veinte años después Ted Nelson lo denominó "hipertexto".
El hipermedia, o los "sistemas de hipermedios", puede definirse como una "organización de información textual, visual, gráfica y sonora a través de vínculos que crean asociaciones entre información relacionada dentro del sistema"3.
Si un vínculo une dos o más informaciones textuales, nos hallamos, como sabemos, ante el hipertexto; si enlazara dos o más informaciones sonoras, ante el hiperaudio; y si une dos o más informaciones visuales, ante el hipervisual. Pero lo más común es que los diversos tipos de información (textual, sonora y visual) estén integrados en un conjunto o estructura, en un sistema, y por tanto las relaciones o vínculos se establezcan de forma combinada entre ellos. Eso es el hipermedia. Se pretende de esta manera reflejar el sistema de pensamiento humano de una manera todavía más fiel que con el hipertexto. El pensamiento humano no es sólo verbal, ni puede ser únicamente reducido a texto.
Los nuevos medios proporcionan, por tanto, la posibilidad de reproducir más fielmente, al menos en teoría, el discurrir de nuestra mente. Como dice Jean Cloutier, se abre la posibilidad a un lenguaje "polisintético e integrador". Polisintético porque aglutina diversos elementos que toman sentido sólo dentro del conjunto. Es un lenguaje sincrético y proporciona acceso a las tres dimensiones espaciales y a la temporal4.
3. Ruptura de la periodicidad
Si el hipertexto y el hipermedia rompen con la secuencialidad, uno de los métodos más arraigados como forma de transmisión cultural en la sociedad occidental, los medios electrónicos proporcionan además la posibilidad de romper con la periodicidad. Los condicionantes técnicos han hecho que, hasta nuestros días, la información haya de servirse en intervalos de tiempo determinados.
Es cierto que éstos han sido cada vez más pequeños, pero, en el caso de la información textual, impresa, la periodicidad más corta que se ha conseguido ha sido la diaria. Y ello a costa de no pocas dificultades: un periódico de gran tirada que se distribuya en un espacio geográfico muy amplio (por ejemplo, un diario de difusión nacional de los Estados Unidos) debe fabricar físicamente millones de ejemplares, que luego deben ser llevados materialmente a los puntos de venta o a los hogares de los suscriptores, con el coste económico que ello supone.
El producto electrónico prescinde de todos
estos condicionantes. Es más, si la publicación periódica impresa se ve
obligada a tener que ofrecer las noticias de un día para otro, cada
veinticuatro horas, el periódico electrónico debe renovarse continuamente.
Es ésta una característica que se reservaba a los medios audiovisuales, la radio y la televisión. A pesar de todo, también los servicios electrónicos ofrecen, salvo raras excepciones (las emisoras de "todo noticias", por ejemplo, o los acontecimientos de extraordinaria importancia) sus contenidos en forma periódica; los informativos de radio y televisión no son otra cosa.
En definitiva, una característica que hasta ahora se reservaba a medios como las agencias de prensa (que fueron las primeras, por otra parte, que se dieron cuenta de las enormes ventajas técnicas al servicio de sus objetivos, esto es, transmitir la información lo más rápidamente posible) puede traspasarse a los nuevos informativos electrónicos. Las definiciones estancas (la prensa es reflexión, los medios audiovisuales son inmediatez, rapidez) no tienen sentido con los nuevos medios.
4. Interactividad
En mayor o menor medida, todos los medios son interactivos, pero este rasgo se ha acentuado -y lo hará aún más en lo sucesivo- dentro de los nuevos medios electrónicos. Nos referimos a la capacidad que tiene el usuario de "preguntar" al sistema, y sentar así las bases para recuperar la información de la forma deseada. Se trata de que el emisor no envíe un mensaje unidireccional, sin capacidad de respuesta, que el receptor sólo tiene capacidad de aceptar o no.
Se rompe en cierta manera el concepto de medio de comunicación de masas, como ya hemos expuesto. El receptor tiene por lo tanto plena potestad para tomar decisiones, y configurar, dentro de unos límites amplios, su propio mensaje, así como para dialogar, de una forma u otra, con el emisor. Como decía Lucilla Assenatto, todo se hace para el usuario5.
De hecho, se habla a menudo -lo hace uno de los "gurús" de la "revolución" digital, Nicholas Negroponte- del periódico personalizado o daily me6, uno de los conceptos en que investiga el visionario Media Lab del Massachusetts Institute of Technology en su sección News of the Future7:
http://nif.www.media.mit.edu
Incluso se han hecho ya varios ensayos, como el irónicamente denominado Fishwrap (envoltorio de pescado, por aquello de que "el periódico de ayer sólo sirve hoy para envolver el pescado")8, un prototipo del cual puede consultarse en:
http://fishwrap.mit.edu
Se trata, en resumidas cuentas, de que el usuario defina cuáles son los temas que le interesan, cuál su perfil, y reciba así un producto que sea completamente de su interés y que no le obligue a perder tiempo desechando información que no le incumbe. Esto, claro está, al igual que en el caso del multimedia o el hipertexto, es más un concepto que un avance técnico.
Los medios convencionales se ven obligados a no dar cuenta de más del 80 por ciento del material que reciben, por problemas de espacio y porque para el receptor sería del todo indigerible tal volumen de información. Los medios electrónicos permiten en cambio ofrecer grandes masas informativas (que no están permanentemente visibles para el usuario, sino convenientemente jerarquizadas), de manera que éste accede únicamente a aquello que le interesa, y puede obtener acerca de esos temas en concreto toda la información que desea mediante el desarrollo de la interactividad, de la capacidad de demandar al sistema la respuesta a lo que se le reclama.
Historia del periodismo electrónico
1. Desarrollo en Estados Unidos
Tal y como hoy los conocemos, los periódicos electrónicos multimedia en línea nacieron en los Estados Unidos hacia 1993. Después de que varias empresas y grupos, como Knight-Ridder, experimentaran en servicios de videotexto -con buenos resultados en investigación, pero desastrosos balances económicos- el desarrollo de las redes telemáticas, entre ellas internet, y de herramientas como las páginas web y navegadores como Mosaic o Netscape, un número cada vez mayor de empresas han añadido sus productos en línea.
A finales de los años 80, cuando aparecieron servicios como los de la compañía Dow Jones (que incluía publicaciones como The Wall Street Journal y Barron's, a través de Prodigy o directamente por internet), comenzó a darse el salto cualitativo a este tipo de periodismo interactivo multimedia en línea.
Al mismo tiempo, otras empresas periodísticas que ya se habían dado cuenta del enorme potencial de la informatización de sus redacciones y rotativas, se planteaban pasar de la mera automatización del proceso de producción a la informatización del propio producto. Entre esas empresas estaba Gannett, editora de uno de los diarios más renovadores de los últimos tiempos: USA Today. Puede accederse a este periódico de forma totalmente libre a través de internet. A finales de los 80, sin embargo, aprovechando una cierta popularidad de estos servicios que ya se había iniciado en los años 70 -aunque obviamente en un círculo mucho más reducido de clientes-, Gannet puso en marcha un producto menos desarrollado, USA Today Decisionline, sumario con texto exclusivamente, que ofrecía información estratégica en 18 noticias y categorías informativas renovadas diariamente, así como la base de datos Lifestyle Report.
Quizá la empresa que más haya trabajado en el desarrollo del periodismo electrónico, y que más fuerte ha apostado por él, sea Knight-Ridder. Desde el Viewtron hasta las investigaciones de Roger Fidler sobre la tableta electrónica (flat panel), esta firma ha financiado, con resultados diversos, proyectos de desarrollo de periodismo electrónico (v. IWE-37, septiembre 1995, pp. 18-19). En 1986 se vio obligada a cancelar su servicio de videotexto, Viewtron, tras perder 50 millones de dólares desde su puesta en marcha a finales de los 70. Otras empresas, entre ellas Times Mirror Co., cerraron servicios similares, como Gateaway, tras perder decenas de millones de dólares.
Tal vez, como apunta Jerome Aumente, esto sucedió porque ignoraron la expansión que iba a conocer el ordenador personal en la década de los 80 y apostaron por vender un terminal de 900 dólares cuya única utilidad era acceder a sus servicios de videotexto. En cambio, empresas como Dow Jones o Compuserve (que contaba a finales de los años 80 con 400.000 clientes), que supieron ver la conveniencia de dirigirse al mercado de usuarios de ordenadores personales, consiguieron hacer negocio. Quizá fuese el fracaso de estos servicios de videotexto los que disuadieron a otras empresas periodísticas de organizar los suyos propios.
Aún así, Knight-Ridder siguió interesada en los servicios de información en línea y adquirió en 1988 Dialog Information Services Inc., entonces una de las más grandes compañías del mundo en lo que a recuperación de información se refiere9.
Tan sólo un año después, en 1989, ya se auguraba el éxito -relativo y sin desplazar otros medios o formatos- que habían de tener los periódicos electrónicos en línea. Desde el nacimiento de la televisión los periódicos habían sufrido un descenso en su penetración dentro de los hogares, así como en la captación de anunciantes. Era hora de buscar alternativas.
Una de ellas era el audiotex. A mediados de 1993, se calculaba que 465 periódicos americanos habían puesto en marcha servicios de este tipo. Sólo el del Washington Post recibía entonces 800.000 llamadas al mes10. Había mercado para otras formas de ofrecer información y servicios que no fuesen el periódico impreso tradicional.
Para 1993, muchas empresas estadounidenses se habían apercibido de la necesidad de ofrecer periódicos electrónicos en línea, diseñados para ser más atractivos y más interactivos. El primer diario que lanzó una versión integral fue The Chicago Tribune, en 1992, a través de America OnLine. Por esa misma red de servicios se distribuían entonces al menos otros seis boletines informativos, de menor complejidad.
Otro pionero en este aspecto fue un nuevo producto de Knight-Ridder, el San Jose Mercury Center, algo más que una simple versión electrónica del diario impreso en papel San Jose Mercury News
Aún hoy, a la hora de escribir estas líneas, el San Jose Mercury Center es uno de los paradigmas de la edición electrónica de información en línea.
Al mismo tiempo, comenzaron a explorarse nuevas formas de recepción, transmisión y presentación de los periódicos electrónicos. La empresa editora del Evening Standard de Londres planeó desarrollar un ordenador especial destinado únicamente a recibir la edición electrónica del periódico. La Newsbox, que así se denominó a este proyecto de aparato, iba a recibir tres ediciones de 64 páginas. La gran ventaja iba a ser su capacidad para almacenar texto y foto.
Paralelamente, Knight-Ridder trabajaba en otro prototipo, una tableta electrónica o flat panel que hasta 1995 desarrolló un equipo comandado por Roger Fidler. Un proyecto similar es el que emprendió, con la ayuda de un programa de la Unión Europea, El Periódico de Catalunya, en unión con otras compañías europeas, entre ellas la británica Acorn Computer (v. IWE-37, septiembre 1995, pp. 18-19). Su objetivo era desarrollar un chip, sistema operativo y entorno gráfico propio, que permitiese visualizar el periódico electrónico en una tableta llamada newspad.
Por último, se confía que el avance de la tecnología permita, en un futuro más o menos cercano, aunque sin plazos definidos, obtener pantallas más planas, incluso flexibles, y de un contraste y calidad de imagen similares a los del papel impreso, hoy por hoy el soporte más legible que se conoce. Sea como sea, en los años siguientes los servicios de difusión electrónica de la información se desarrollaron tomando como base el ordenador convencional de sobremesa. Ninguno de los citados servicios se ha llegado a comercializar.
Otro caso paradigmático es el del servicio NandO. Más que un periódico electrónico es todo un conglomerado de opciones, abiertas o de pago, para el usuario. Fue puesto en marcha en 1994 por la empresa McClatchy Newspapers Inc., editora del diario en papel News & Observer, de Raleigh (Nueva Carolina).
A mediados de 1995, tenía 10.000 personas y 2.500 empresas suscritas, frente a los 165.000 lectores diarios (200.000 los fines de semana) del News & Observer. A la vez que un servicio de noticias NandO ofrece acceso a internet, una amplia variedad de posibilidades de conexión a servicios de información y entretenimiento, bases de textos o bibliotecas electrónicas, servicios de teleconferencia, correo electrónico, etc.
Las empresas editoras de periódicos no han sido las únicas que se han lanzado al mundo de la información en el ciberespacio. También las compañías de televisión, como por ejemplo la CNN, o la cadena ABC, han provisto servicios para las redes telemáticas, unos por medio de hosts comerciales como America OnLine, otros -caso de la CNN-directamente a través de internet. Estas cadenas de televisión proveen información actualizada diariamente.
Para 1994, muchos periódicos americanos y bastantes europeos habían ya dado el salto a los servicios de información en línea. En sólo dos años se calculaba que los periódicos electrónicos se habían multiplicado por diez en los Estados Unidos. Nombres tan prestigiosos como The New York Times, The Washington Post, Los Angeles Times, Newsday, USA Today, The Kansas City Star, The Chronicle y The Examiner se ofrecían en línea, bien a través de internet, bien a través de empresas como America OnLine, CompuServe, Prodigy, Interchange o Delphi, bien a través de redes propias11.
Determinadas empresas, como ya hemos visto en el caso del News & Observer, creaban divisiones dedicadas a la investigación y el desarrollo del multimedia, o bien se aliaban con otras compañías para desarrollar productos periodísticos electrónicos.
La empresa editora del Washington Post creó Digital Ink, cuyo cometido era desarrollar la versión electrónica de este diario. Al mismo tiempo, se alió con Ziff-Davis Interactive, a su vez una división de Ziff-Davis Publishing, para desarrollar tecnología en línea.
Posteriormente se han formado otras alianzas, no sólo entre grupos periodísticos, sino también con desarrolladores de software. A principios de 1996, Netscape Communication -fabricante del más extendido programa navegador de internet-, la agencia Reuter, la cadena de televisión ABC, The New York Times, el Boston Globe y el consorcio Times Mirror/Los Angeles Times crearon una cadena de servicios informativos gratuitos, sostenida por la publicidad, que podía verse en internet y permitía la actualización continua de la información. Ofrecía textos, imágenes y sonidos.
Aunque tal vez la más ambiciosa de las alianzas haya sido la que une desde 1996 a Microsoft y la NBC que ofrecen una revista electrónica llamada precisamente Msnbc (v. IWE, v. 7, n. 1-2, enero-febrero 1998, pp. 6-11). No es la única empresa informativa que controla Bill Gates puesto que también tiene en internet la revista Slater.
La posibilidad de crecimiento técnico de este sistema no ha hecho sino empezar. Si hasta ahora existía la posibilidad de enviar y recibir texto e imágenes fijas, cada vez son más los que se aventuran a poner en sus servidores de información vídeos y sonidos, aun a sabiendas de que su transmisión es, por los canales actuales, todavía problemática.
También hemos citado antes el desarrollo de herramientas de programación y lenguajes como el Vrml, que permitiría incluir la realidad virtual en las redes informáticas. Así se crean unos servicios que verdaderamente son multimedia, es decir, integran todo tipo de informaciones. Por otro lado, al menos en América, han comenzado a explorarse, con éxito, las posibilidades de la publicidad y los servicios comerciales interactivos. Especialmente los anuncios clasificados son un terreno abonado al respecto.
2. El desarrollo del periodismo electrónico en Europa
Ha sido menos espectacular que en Estados Unidos. Varios factores han influido en ello. Los principales son, a nuestro entender, el diferente nivel de hábito en el uso de los ordenadores, por un lado, y de las posibilidades de las conexiones telemáticas, por otro. Obviamente, estos hábitos, muy relacionados con el parque de ordenadores de que dispone cada país, y con la introducción de la informática en la vida cotidiana, son diferentes de una nación a otra.
Aun así, se han realizado experiencias interesantes en muchos países europeos, en algunas ocasiones forzados por la necesidad y las especiales circunstancias que impone un conflicto bélico. Es el caso del diario bosnio Oslobodenje, que a pesar del largo y doloroso sitio a que fue sometida (por parte de las fuerzas militares serbias) la ciudad de Sarajevo, donde se editaba, continuó publicándose en todo momento y puso en marcha una edición electrónica.
Esta edición, en inglés, que permitía además consultar números atrasados, ha sido fuente de información de primera mano sobre el conflicto de la antigua Yugoslavia para muchas personas en todo el mundo. Las informaciones de Oslobodenje conocieron así una difusión que de otra manera hubiese sido imposible.
Aunque se han realizado determinados experimentos, los servicios de información dependen por lo general de las empresas editoras de diarios. De ahí que la mayoría de estos servicios acusen una excesiva dependencia de la versión impresa. Rara vez se actualizan, por ejemplo, los contenidos el mismo día.
Salvo honrosas excepciones, la actitud ha sido situarse meramente en la Red para no perder comba, y experimentar, sin que eso suponga un costo excesivo, con las posibilidades del nuevo medio. La publicidad es, por otro lado, un territorio aún no suficientemente cultivado. Este planteamiento vale perfectamente, como veremos, para el caso español.
La inquietud por el periodismo electrónico nace, por otro lado, a la vez en Europa y en América. En 1992 se pone en marcha, por ejemplo, un proyecto dirigido por el doctor Erich J. Neuhold, al frente de un consorcio que integraba a ocho institutos del Gessellschaft für Mathematik und Datenverarbeitung (la agencia nacional alemana para la investigación en informática y ciencias de la información), denominado genéricamente Institut für Integrierte Publikations-und Informationssysteme (Instituto para la edición integrada y los sistemas de información).
Este consorcio, con sede en Darmstadt, se había creado en 1987 y en él trabajaban 70 científicos y técnicos especializados. Como decíamos, en 1992 puso manos a la obra para desarrollar un periódico electrónico interactivo12, un producto que pudiese ser personalizado.
La organización Ifra, que engloba a diferentes medios de comunicación impresos de toda Europa, ha mostrado en repetidas ocasiones su interés por la cuestión. Bajo su patrocinio se crea el 15 de septiembre de 1993 el Ines Media Concepts (Iniciative for newspaper electronic supplements), que a partir de 1994 se dedicó, bajo la dirección de Friedrich W. Burckhardt y Sergio Puoti, a desarrollar la aplicación del multimedia a los periódicos, creando relaciones con empresas, institutos, universidades y expertos, ayudando a las empresas socias de Ifra a crear servicios electrónicos, trabajar con la industria para el desarrollo de tecnologías estándar, etc.
3. Periodismo electrónico en España
Si a alguien corresponde el honor de haber sido la primera publicación peninsular en haber tenido una edición electrónica en las redes telemáticas -siempre nos referimos al periodismo electrónico multimedia interactivo; no nos vamos a centrar en otros servicios de teletexto o en aquellos otros basados en la mera transmisión de textos, sobre todo de tipo económico, que se ofrecían antes en las redes telemáticas-, es a una revista cultural en catalán, El Temps de Valencia. Corría el año 1994 cuando se puso primero en Servicom; luego se ofreció también en internet.
Sin embargo, el primer diario que presentó una versión electrónica interactiva y multimedia fue el Boletín Oficial del Estado. Desde septiembre de 1994 es posible consultar esos mismos textos en internet. El contenido no difiere en nada con respecto a la edición en papel. Se trata de las disposiciones legales y otras resoluciones administrativas de los órganos del Estado, de inexcusable publicidad. Como para obtener la edición impresa, es necesario abonar una suscripción si se desea acceder a todos los textos completos del BOE electrónico.
Si una revista en catalán, la valenciana El Temps, fue la pionera de las publicaciones españolas en las redes telemáticas, pronto se sumaron otras iniciativas en Cataluña.
De hecho, en 1995 los tres principales diarios de Barcelona, El Periódico de Catalunya, La Vanguardia y Avui (este último redactado en catalán) podían consultarse en internet cada día. A ellos se sumaba el diario deportivo Sport.
Casi a la vez que en Barcelona, surgieron en Madrid determinadas iniciativas de periódicos electrónicos. En noviembre de 1994 se anunció que El Periódico de Catalunya y El Mundo iban a poner sus ediciones diarias a disposición de los usuarios de ordenadores a través de Servicom. Sí lo hizo el diario catalán, aunque El Mundo se decidió por fin por otras alternativas, tanto en lo que se refiere a los servidores elegidos, como a la periodicidad.
El Mundo, hasta hace muy poco el más joven de los diarios de difusión nacional (recordemos que el 5 de noviembre pasado apareció La Razón), optó por ofrecer varios productos, bien diferentes entre sí, de periodicidad semanal, sin poner desde el principio la edición electrónica diaria en la Red.
Por otra parte, el diario veterano de difusión nacional, ABC, también se hizo electrónico. Primero editó -y en ello fue pionero en España- una colección hemerográfica en cd-rom, si bien no incluyó todo el periódico, sino sólo el suplemento ABC Cultural. Contó con la colaboración de Telefónica.
Más tarde, en 1995 -fecha como vemos crucial para el nacimiento del periodismo electrónico en España- puso una edición electrónica diaria en internet.
Los primeros pasos de los responsables del diario El Mundo del Siglo XXI para poner en marcha un periódico electrónico se produjeron muy pronto, tan sólo dos años después de su fundación. En 1991, varias personas del periódico, pertenecientes a diferentes áreas, comenzaron a hablar del proyecto de periodismo electrónico, que luego se ha concretado en diversos productos reunidos en tres grandes áreas, intereses o estrategias: el cd-rom que reúne la colección hemerográfica del diario, que se publica cada seis meses, el proyecto de periódico electrónico y los productos de El Mundo en internet.
El último de los grandes diarios españoles en saltar a la Red fue El País, coincidiendo con su vigésimo aniversario en mayo de 1996. Se trata de la edición electrónica más exitosa de todas las de los diarios españoles. Ofrece también secciones interactivas que fomentan la participación del lector aunque su base es la edición impresa del diario.
No sólo los diarios de difusión nacional o de la segunda ciudad más populosa de España, Barcelona, se han atrevido a dar el paso hacia el mundo digital. También existen varios diarios de provincias o regionales que han creado, o estudian ofrecer, sus ediciones electrónicas. En este caso, sus objetivos, y su público, varían en cierto modo con respecto a los de los periódicos citados.
La mayoría de ellos ofrece, a través de páginas web más o menos atractivas visualmente, resúmenes de sus ediciones diarias, además de otros recursos.
Las empresas editoras de diarios españolas no son las únicas que ofrecen información periodística en internet, ni siquiera las que mejor negocio hacen, al menos de momento, en el ciberespacio. Ciñéndonos a la información diaria, citaremos, siquiera sea brevemente, algunos ejemplos.
El primero es el de la agencia de noticias EFE, la más importante, sin duda, en lengua española. El ya obsoleto teletipo apenas se utiliza en las redacciones de periódicos, de radios y televisiones. El siguiente paso para la agencia EFE ha sido ofrecer un servicio de noticias a través de internet, denominado EfeNet. Se trata de un producto de pago, que consta a su vez de tres partes: un servicio de noticias, un servicio gráfico y una base de datos.
Otro interesante producto de información es el que ofrece el Grupo Negocios, que edita varias publicaciones sobre economía. Esas publicaciones pueden hallarse, en versión electrónica, en el servidor denominado Negocios.com. A imagen y semejanza de otros de información económica estadounidenses, que ya hemos descrito brevemente con anterioridad, este servicio no se limita a ofrecer una versión digital de un periódico o revista impresa, sino que se trata de un producto integral, con varias posibilidades.
Dentro de Negocios.com, el Grupo Negocios ofrece también la posibilidad de conectarse a la versión electrónica del semanario Dinero, con reportajes e informaciones en profundidad sobre la actualidad financiera. También se puede acceder, desde la primera página de Negocios.com, a un "área interactiva" en español, inglés o francés, a un servicio de búsqueda ("Negocios a la carta"), y a un magazine, la revista Tendencias.
La última iniciativa en el campo de los diarios españoles ha sido precisamente una cabecera que no tiene versión impresa. Desde el pasado 9 de junio, está disponible en la Red La estrella digital, un nuevo diario en internet editado y dirigido por el periodista Pablo Sebastián, columnista hasta ese momento de El Mundo, colaborador habitual de la Cope y fundador del desaparecido El Independiente.
El diario, de acceso gratuito y cuya única vía de ingresos la constituye la publicidad, aparece de lunes a viernes y se estructura como cualquier periódico habitual de información general, con secciones similares a las de un diario tradicional. Su principal novedad es que se trata del primer periódico en España cuyo único soporte es electrónico. Ello supone que sólo los internautas pueden disfrutar de él.
Siquiera sea brevemente, no podemos concluir este somero repaso por el mundo de la información periodística española en las redes telemáticas sin referirnos a otro tipo de servicios que, si bien no son diarios o no son "publicaciones periódicas", sí contienen información periodística. En realidad, el "periódico" electrónico es, probablemente, un término condenado a caer en desuso.
Es cierto que, como hemos visto, las empresas de información han colocado en las redes telemáticas calcos de sus productos en papel. No obstante, las posibilidades técnicas -que permiten integrar elementos multimedia (sonoros, escritos y visuales)- y de transmisión -que hacen posible la renovación prácticamente constante de la información-, cuestionan muy seriamente que ése sea en el futuro el modelo a seguir, y no el de crear unos nuevos productos con idiosincrasia propia.
La mayoría de las revistas electrónicas son de tipo cultural. Diversas revistas literarias también tienen su versión web. Otras, en cambio, han sido creadas ex profeso para las redes telemáticas. La popularización de las herramientas informáticas, y lo que eso supone en el descenso de costes al no existir necesidad de imprimir el resultado -basta con ponerlo en un servidor a disposición de todo el mundo- ha hecho de las redes telemáticas, sobre todo de la muy democrática internet, campo abonado para experiencias de tipo cultural y vanguardista.
Es de prever, por tanto, que el de las publicaciones culturales -e incluso contraculturales- sea un sector en crecimiento dentro del periodismo electrónico.
El panorama de publicaciones no diarias españolas en las redes telemáticas se completa con otras de tipo local. Cataluña es, sin duda, líder en este aspecto, aunque es previsible que en poco tiempo el fenómeno se extienda por toda la Península, sobre todo en aquellos lugares en que existan publicaciones provinciales o locales impresas, y por ende se cuente ya con la experiencia y la infraestructura suficientes para dar el salto al ciberespacio, a medida que la penetración del ordenador como electrodoméstico de uso común sea un fenómeno lo suficientemente extendido.
Como en el caso de los fanzines en papel (impresos, fotocopiados o reproducidos de cualquier otra manera), los digizines o fanzines digitales suelen ser obra de un solo individuo, o de un grupo reducido de personas, fanáticas (de ahí el nombre, que combina las raíces "fan" y "(maga)zine") de una determinada forma de expresión cultural (cine, música, cómics), que editan, valiéndose de medios al alcance de cualquiera, unas revistas sobre esos temas, que carecen de la formalidad, la distribución y los recursos de las revistas producidas de forma profesional o industrial, pero que han resultado muy beneficiadas por la revolución informática.
En primer lugar, porque el abaratamiento y la popularización de las herramientas informáticas les permitieron, con un simple ordenador y un programa de autoedición, confeccionar una revista y dotarla de un aspecto que hasta entonces sólo se podían permitir los grandes medios, y evitarse además los costes de diseño y maquetación. Lo que antes era un proceso en la mayor parte de los casos manual, alcanzó con el auge de los ordenadores personales un nivel impensado sólo unos años antes.
Pero con eso sólo se obtenía un original digno, de calidad. Después había que hacer copias, impresas o multicopiadas, y luego era necesario distribuirlas físicamente, lo cual complicaba el proceso y encarecía los costes. Ese problema se soslaya con la opción de transmitirlas mediante las redes telemáticas, sobre todo en la muy libre internet. Muchas de estas revistas o digizines (fanzines digitales) contienen cuando menos una frescura y espontaneidad de la que carecen otros medios con más posibilidades económicas.
Otro tipo de publicaciones que se han beneficiado notablemente con la facilidad de transmisión electrónica son las revistas científicas. Además, su interés por las nuevas formas de servir la información se remonta a los años ochenta, cuando aparecen los primeros servicios de teletexto y videotexto. En 1985, Juan Olaechea Labayen resumía de manera acertada cuál era el panorama de las publicaciones científicas frente a las nuevas tecnologías.
La moderna literatura científica, viene a decir Olaechea, con sus crecientes necesidades de concisión y sobriedad, además de la urgencia de dar a conocer el trabajo que impone la investigación actual, motivó el paso del libro a la revista, como forma más ágil de edición. Por otra parte, junto con el aumento de la producción literaria científica, se ha experimentado una caducidad más acusada de algunas publicaciones.
Las revistas científicas cuentan así con la ventaja de no tener que preocuparse por el coste de impresión y distribución: un único ejemplar se deposita en un servidor al que acceden todos los usuarios que lo deseen o tengan permiso.
Por otra parte, las revistas electrónicas pueden ofrecer acceso a grandes bases de datos, propias o externas, que en ningún caso cabrían en la edición en papel. Se cumplen así las previsiones formuladas por Olaechea en 1985: "Cualquier usuario quedará capacitado para obtener, después de un examen, el texto completo de aquellos documentos que le resulten útiles para su trabajo, los cuales son susceptibles de ser reproducidos en la pantalla a velocidad regulada e impresos a voluntad sobre el papel"13.
"La difusión electrónica", añadía Olaechea, "ofrece la gran ventaja de la rapidez y de su universalidad. Desde el instante en que el documento ha sido aceptado e introducido en el sistema ya queda al alcance de los usuarios".
Notas
1. Cloutier, Jean. "L'audioscriptovisuel et le multimedia". En Communication et langages, n. 99. París: Ediciones Retz, 1994, pp. 42-53.
2. Mcadams, Melinda. "Inventing an online newspaper". En Ipct, Interpersonal Computing and Technology, volume 3, number 3, July 1995.
3. Caridad, Mercedes y Moscoso, Purificación. Los sistemas de hipertexto e hipermedios. Una nueva aplicación en informática documental. Madrid: Fundación Germán Sánchez Ruipérez, 1991.
4. Cloutier, Jean. "L'audioscriptovisuel et le multimedia". En Communication et langages, n. 99. París: ediciones Retz, 1994, p. 51.
5. Assenato, Lucilla. "Destinatario, tutto si fa per te". En Problemi dell'informazione. La televisione interattiva: scenari e prospettive negli USA e in Europa, anno XIX, n. 1, marzo 1994, pp. 63-67.
6. Giovanetti, Pierangelo. "Il futuro in laboratorio: daily me e flat panel". En Problemi dell'informazione, anno XX, numero 2, giugno, pp. 195-203.
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8. Chesnais, Pascal R.; Mucklo, Matthew J. y Sheena, Jonathan A. "The fishwrap personalized news system", artículo accesible en el Massachusetts Institute of Technology:
http://nif.www.media.mit.edu
Puede verse un ejemplo de este periódico personalizado en:
http://fishwrap.mit.edu/
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pdpdinoj@lg.ehu.es
pdbmeayk@lg.ehu.es
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